'O Passado näo está morto / El pasado no está muerto /The past is not dead' (work in progress) es el resultado de la colaboración entre la des-artista española Elena Medina Gil y la coreógrafa portuguesa Inês Carvalho.
Un proceso que comenzó a desarrollarse entre los meses de marzo y junio de 2020, mientras ambas se encontraban confinadas en sus respectivas ciudades (València y Porto), y que ha permitido articular sus investigaciones sobre democracia y mediación cultural.
De hecho, este proceso creativo, que se ha desarrollado exclusivamente en remoto y digital, ha dado como resultado dos propuestas fundamentadas en el carácter coesencial de la pluralidad artística; tomando como punto de partida la conceptualización y práctica del cuerpo pasado y presente y, de qué forma ese cuerpo se coloca en el mundo digital, fluido y efímero, en el que ya habitamos.
Por un lado, encontramos una pieza de videodanza y, por otro lado, un ensayo fotográfico. Las dos piezas abordan la comprensión del cuerpo humano como archivo histórico de gestos entre lo particular y lo universal; así como los conceptos de fluidez y permeabilidad expuestos en el documental 'The cave of forgotten dreams' (2010) del director Werner Herzog. La pieza de videodanza se materializa proyectado la sombra del cuerpo entendida como la representación del espíritu común humano. El ensayo fotográfico explora la autorrepresentación mediante el fenómeno fotográfico de la solarización.